Prensa

TODO VA A CAMBIAR

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Por Sergio Vega Tapia.

Todos los libros tienen una banda sonora, al menos en mi caso. Mientras leo escucho música, mientras leo, dejo de hacerlo y salgo a pasear para que las ideas vayan quedándose guardadas y no se olviden, de alguna manera se van templando dentro. Llevar un libro en la mano y que me acompañe al parque, al tren, a la cafetería, es una forma de dar vida y hacer que el libro se convierta en un compañero de viaje. Me pasa con todos los libros que me han acompañado que me han gustado y que han transformado mi visión del mundo. Estos últimos días estoy leyendo un libro que ha despertado mis recuerdos, que como un hilo me ha conectado a otros libros ya leídos y que se habían quedado rezagados en algún lugar de la memoria. Mientras leo: Tu mejor medicina eres tú del Dr. Javier Dols Juste, me venían como ráfagas pasajes de El diario de un cuerpo de Daniel Pennac, Rayuela de Julio Cortázar o Hijos de los días de Eduardo Galeano. Quizá sea porque se pueden leer como estos libros de manera lineal, o porque se puede jugar con el libro y leerlo de otra manera, sin necesidad de un orden. Cada uno de los capítulos está estructurado como las 52 semanas que componen un año y 300 ideas para mejorar la salud física y mental. La banda sonora que acompaña a este libro es Todo va a cambiar una canción de Niños mutantes. Durante la canción se repite reiteradamente que todo va a cambiar y que lo importante es que el futuro ha llegado y que estamos vivos para seguir adelante. Parecen obviedades, no lo son en absoluto. Porque solemos olvidarlo. El libro del Dr. Dols es un tesoro por descubrir, te hace sonreir porque te recuerda cosas que parece que hayamos olvidado en este presente continuo en el que parece que estamos atrapados. Qué importante es cerrar los ojos y disfrutar de la comida, qué importante es escuchar los susurros del cuerpo antes de que lleguen los gritos. Qué importante y qué descubrimiento es el movimiento slow, un movimiento al que seguía la pista desde hace años pero que este libro dedica un espacio imprescindible. Es un libro para leer lento, para hacer un ejercicio de reflexión, para aprender de la vida, para pensar también en la muerte. Es un libro didáctico, de los más didácticos que he leído en mi vida, la clave fundamental es que contiene pequeñas cápsulas que son como joyas que nunca deberíamos olvidar. Nos trata como individuos autónomos y responsables, considera que somos adultos y nos interpela a que tomemos conciencia de que mucho de lo relacionado con nuestra salud está en nuestras manos, no depende de factores externos. Cierro los ojos, seguiré leyendo a ritmo lento para no perder la oportunidad de aprender. Y de asumir que vida, emociones, razón, cuerpo, todo forma parte de la vida. Me sumo al reto de los 21 días. Continuara...